- Procuraduría Electoral
- Millonarios bajo Techo
- Escuelas Conventuales
A casi dos meses de la jornada electoral del 5 de junio pasado, en la que se observaron nuevas ediciones de la vieja alquimia que encripta a la democracia en México, la Procuraduría General de la República, y su titular Arely Gómez González Blanco, con puentes sólidos con Televisa, manifiestan que es necesario investigar, ya en serio, la presunta compra de sufragios urdida desde las superioridades de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, encabezada por otra mujer, Rosario Robles Berlanga, tránsfuga por despecho aunque no lo explique en su cursi autobiografía “Con todo el Corazón” –una de las obras que menos he podido digerir de cuantas he leído, por burda y superficial-.
Desde luego, en este duelo de señoras sobre el lodo de los rastros inmorales de la política autoritaria el único réferi debía ser el presidente de la República quien, por cierto, se apura en encontrar soluciones a la posible ausencia de su “primera diva” ante la inminencia del mes de septiembre cuando las apariciones de la pareja se multiplican por tradición. En esta perspectiva, por supuesto, las sugerencias corren también para intentar salvar a sus “delfines” en la adelantada carrera por la Presidencia –de nuevo, los vacíos de poder obligan a los fuegos distractores-, del sello de “antidemocráticos” o de “represores” e incluso de “empobrecedores” que cuelgan sobre ellos; una tarea bastante más difícil que la de encontrar a los verdaderos responsables de la fuga siniestra de “El Chapo” cuando nadie vio, nadie supo y nadie parece culpable en un estruendo con todos los efectos corruptores del sector público. Lo mismo con su reaprehensión.
Cuando menos, alguien del gabinete presidencial, acaso la más lejana en cuanto a los afectos presidenciales, Arely la hermana de Leopoldo Gómez, vicepresidente de Noticieros Televisa, se atrevió a meter la mano en el fuego de la incongruencia pues la sola búsqueda de elementos para fincar responsabilidades a la ora dama en cuestión por la oferta miserable sobre el hambre del colectivo, desde que era titular de la SEDESOL, comprometida a encontrar salidas para tales vericuetos: si acierta encontrando culpables, Robles debería ser la primera en salir del equipo presidencial; de lo contrario, las puertas podrían abrirse para la señora Gómez.
No obstante, en estos tiempos, es característica natural del mandatario en funciones ignorar las graves desviaciones, errores, peculados y complicidades de sus colaboradores y de él y su pareja Angélica –lo era, cuando menos, antes de su agitado viaje a Francia en donde es fama que el amor envuelve todos los males-, durante su gestión presidencial que está a un trimestre y algo más de llegar a la mitad aunque sea con oxígeno artificial.
Sin embargo, de probarse los nexos entre la SEDESOL y el fraude electoral del 5 de junio, ante los hechos consumados, ¿cuáles serían los procedimientos? En 2015 se iniciaron pesquisas contra la señora Robles; sin embargo, quedaron sueltos los beneficiarios que integraron nueva Legislatura, la LXII –sesenta y dos para quienes no entiendan la numeración romana a la que se someten los congresistas por mera petulancia-, y cuyas gestiones están manchadas por su origen, sin representatividad alguna, y compromisos sólo con sus dirigencias en la cúspide de la partidocracia, el otro mal ponzoñoso de nuestro sistema al lado del presidencialismo autoritario.
Ahora mismo se piensa más en quienes serán coordinadores de bancada que en los rezagos electorales de una jornada sucia, con evidencias de la intervención del gobierno federal –por algo la PGR se animó a actuar aunque no sabemos si esta decisión fue consultada al presidente peña quien hace tiempo no está en sus cabales-, contrariando de nuevo el interés de la sociedad ultrajada. Ya parece rutinario decirlo y en esto pervive la gravedad de los acontecimientos ante la ausencia de salidas más o menos justicieras.
Mientras tanto, los gobernadores “electos” esperan su hora, matando el tiempo como pueden mientras llega el momento de asumir sus cargos dentro de cinco semanas hasta cuatro meses según el casi en un absoluto dislate de períodos y parálisis. ¿Quién manda en Tamaulipas, por ejemplo? Un descastado sin convocatoria o el opositor electo que se mantiene, contra el viento y la marea de las inconformidades, en el timón pero sin capacidad todavía para realizar sus proyectos si es que los tiene. Y así podríamos hablar de otras entidades, Campeche por ejemplo, en donde el mandatario bisoñ , Alejandro Cárdenas Moreno, asumió sus funciones, desde el año pasado, como mandatario estatal para acompañar al señor peña a sus periplos internacionales –los porqués son variopintos-, mientras su predecesor, Fernando Ortega Barnés, acabó siendo repudiado por su acoso contra la prensa –una obra de su singular colaborador Juan Sandoval, a quien se encontró en su oficina con un chico, separándose de sus deberes-, y pareció destinado a la crucifixión. No fue así por el blindaje de su sucesor y la torpe idea de que se fortifica quien perdona.
No son pocos los lectores que subrayan el juego de la impunidad como una de las rutas más deplorables del sistema político. Tienen razón aunque existen excepciones. No siempre los sucesores cubren las espaldas a quienes les entregan la titularidad del Ejecutivo aunque a nivel federal siempre reine el cobijo a cambio de transacciones soterradas de lo más sucias.
En las entidades federales sí hay ejemplos de mandatarios que persiguen y hasta encarcelan a sus predecesores. Por ejemplo en el caso del químico tabasqueño Andrés Granier Melo, priísta y ladrón, aprehendido y recluido en el penal de Tepepan desde junio de 2013 luego de que no se presentó a la ceremonia de transmisión del mandato en Villahermosa al conocer de sendas órdenes de aprehensión en su contra, sobre todo por desfalco criminal al dejar sin presupuestos a los hospitales de su entidad. Un caso muy similar al de Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, quien huyó escondiéndose en el rancho de su “padrino”, víctor cervera, en Yucatán pero no pudo sortear a quienes le persiguieron en 1999. Todavía está en una cárcel del sur de Nueva York esperando el “milagro” de una extradición.
Y un tercer caso fue, sin duda, el de pablo salazar mendiguchía, de Chiapas, quien fue encarcelado el 7 de junio de 2011 –encontrándose este columnista en Tuxtla Gutiérrez donde exigió por la mañana la detención del ex mandatario-, por querellas presentadas por la administración del entonces gobernador Juan Sabines Guerrero.
Antecedentes hay pero el cinismo y las componendas suelen ser mayores; sobre todo en el ámbito federal en donde, sí, se cubren las espaldas hasta los provenientes de institutos políticos distintos a cambio de asegurarse una vida cómoda, con holgura y una absoluta protección oficial incluyendo a una decena de miembros del ejército y su camarilla del Estado Mayor. Todos son felices, a su manera, y hasta impartiendo conferencias pese a su notable incultura o su apasionada inclinación por sus mujeres ambiciosas y dominantes.
Es curioso que, por ejemplo, calderón hubiese dicho, antes de llegar a Los Pinos, que prefería una mujer del corte de Nilda Patricia Velasco de Zedillo en vez a una como marta, la de las muchas faldas, y ahora postule a su mujer, Margarita, para que sea candidata presidencial como lo hubiera deseado la inquieta y pizpireta señora sahagún. Cuestiones de una política incongruente en el México de las simulaciones.
Debate
Los nuevos millonarios surgen de renovadas afrentas contra la sociedad mexicana. Por ejemplo, al “piojo” –perdió nombre y apellidos al reducirse a la estatura de un bicho y así deberíamos hacer con los animalistas desbordados que mantienen en cautiverio a sus mascotas y exigen las muertes de sus congéneres-, fue ampliamente indemnizado, con más de ciento treinta millones de pesos, luego de su altercado con dos cronistas de TV Azteca, el imperio del acaparador de plata Ricardo Salinas Pliego –y no sólo eso, qué conste-.
Lo más grave de esta parodia extradeportiva resultó al exponer lo poco que vale el ejercicio de la libertad de expresión –contaminada por la ira de un entrenador de fútbol quien le hizo el caldo gordo al imbécil de Trump en el aeropuerto de Filadelfia-, y la ausencia de acciones judiciales contra quien escandaliza en un aeropuerto estadounidense. Esto es: ¿hubiera pasado lo mismo si los golpeadores hubiésemos sido ustedes o yo? Conozco a la gendarmería de allá y les aseguro que nos habrían agarrado del cuello hasta hacernos desfallecer, cuando menos. ¿Por qué no al entrenador de un seleccionado? La respuesta es simple: así dejaron que se exhibieran los “tricolores” para aumentar la animadversión que existe al otro lado de la frontera alimentando las teorías de quienes son como el “pato” Donald Trump.
Y en la misma línea, los responsables de seguir los movimientos de “El Chapo” en la prisión, fueron exonerados. Son otros millonarios de clase VIP –vergüenza, impunidad, pillaje-, a costa de los mexicanos.
La Anécdota
Las medidas extremas contra los maestros rebeldes, aquellos que exigen con razón mejores condiciones para sus alumnos en escuelas de alto riesgo, propicia la crecida de las escuelas particulares, la mayor parte de ellas llamadas “conventuales” por su formato semi-religioso. Estoy a favor de la libertad y, en este caso, debiera reformarse la Carta Magna para evitar las violaciones a la misma por causa de la marginación del artículo tercero.
Por supuesto, las familias serán más pobres porque requerirán substraer del escaso patrimonio común lo correspondiente a las altas colegiaturas; y ello sin que las autoridades, siquiera, propongan un amplio plan de becas para compensarlas del eminente daño pecuniario. Pero despreocúpense: el señor peña ya dijo que la educación no se privatizará. Es una buena oportunidad para que el mandatario tome los cursos de historia y geografía que dejó pendientes por cuanto se puede apreciar a simple vista… como su galopante enfermedad.
La educación en México, comparada con la de otras naciones digamos España,
presenta niveles bastante regulares y superiores en algunos casos.
Lo hemos corroborado.
Sucede, eso sí, que nuestro gobierno ha abandonado a los educandos a su suerte
y a los maestros también;
no falta mucho para que los hipócritas griten que ha mejorado la cultura cibernética.